martes, 3 de junio de 2014

Deberíamos incinerar todo lo que nos está rompiendo y volver a Madrid, sin prisa, sin miedo.
Deberíamos quitarnos la ropa y que nos queme también el amor. Ir deshaciéndonos hasta formar parte de una masa que no es más que la vida en el otro.
Me da angustia este tiempo, tanta caída y tan pocos abrazos. Me da pavor que nos caigamos y no quieras sostenerme.
Pienso en el cielo y estás dormitando a mi lado y me agarras bien fuerte para que no me escurra de la cama. Y se nos va la vida en esos momentos, en ese encuentro tan espontáneo como necesario.
Te echo de menos. Y la necesidad me entierra en otro cuerpo, en otra mente. Solo quiero aferrarme al amor y no lo encuentro.
¿Dónde te escondes y por qué sin mí?