martes, 3 de junio de 2014

Deberíamos incinerar todo lo que nos está rompiendo y volver a Madrid, sin prisa, sin miedo.
Deberíamos quitarnos la ropa y que nos queme también el amor. Ir deshaciéndonos hasta formar parte de una masa que no es más que la vida en el otro.
Me da angustia este tiempo, tanta caída y tan pocos abrazos. Me da pavor que nos caigamos y no quieras sostenerme.
Pienso en el cielo y estás dormitando a mi lado y me agarras bien fuerte para que no me escurra de la cama. Y se nos va la vida en esos momentos, en ese encuentro tan espontáneo como necesario.
Te echo de menos. Y la necesidad me entierra en otro cuerpo, en otra mente. Solo quiero aferrarme al amor y no lo encuentro.
¿Dónde te escondes y por qué sin mí?

sábado, 24 de agosto de 2013

Ausencia, carencia, inercia

A veces me siento y tranquilamente caigo en la cuenta de que nunca debí leer a Murakami. Tampoco fue inteligente masacrarme hablando de amor cuando no podía tocarte.
La gente rota está colmada hasta los topes de la seguridad de la soledad eterna, la gente vacía ni siquiera conoce el dolor.

Durante años me he acurrucado en la pena y le he dado forma. Ella me hizo arte y el arte fue mi amor. Me tuve, me quise, lloré por el mundo y me aferré a mí.
Fui incapaz de querer hasta que la soledad me demostró que no debía estar sola.
La dependencia se aferra a mis huesos. Tus manos sobre mi torso, sin llegar a rozar,helándome.

Nunca debí alimentarme de tu calma. Ahora la paz es un lamento vago.
Ausencia, carencia, inercia.

martes, 20 de agosto de 2013

Siameses

Echar de menos nos mantiene vivos.
Dentro de este bucle de días raros, hablamos del futuro y sonrío porque te imagino al otro lado del teléfono riendo. Siento que este vuelo es estabilidad, mis alas son lo único que permite que la tierra sea habitable.
Vivo de la certeza de que te veré y tu primera caricia será el aliento que me falta.
Este lleno son vacíos. Querer hasta perderme, necesitar hasta morir. Quiero tu cuerpo recordandándome que me quiero, volviéndome persona.

A veces vago entre gente que no entiende, a la que no entiendo, y me doy cuenta de mi suerte.
Al menos yo tengo un hogar, un sueño y un destino. Espérame despierto, hoy duermo contigo.

lunes, 19 de agosto de 2013

Metastasis

Siempre ando dándole vueltas a cuándo las personas empiezan a oler igual. No sé si vivir juntos y comer lo mismo es el paso definitivo.
A veces dejas tu olor en mi ropa y me pregunto si seré yo quién huele a galletas. Hasta en eso eres mejor que yo.

Quisiera ser una de esas personas que curan. Si siempre tuvieras ganas de volver, abrazarme, dejarte acariciar, dormir sobre mis piernas...si siempre pensaras en mí como un hogar, mi vida estaría resulta. Lo que quiero ser es tu casa. Ese es mi arte, ese es mi amor.

En cada rincón de mí hay pedacitos tuyos. Me siento contaminada, invadida, fuera de mí, más nueva y soportable, más liviana. Quizá ahora me quieran porque ese tú que hay en mí, merece mucho querer.

domingo, 18 de agosto de 2013

Sequía

Es difícil dormir en nuestra cama a solas. Como también es difícil (casi mortal) prescindir de los abrazos. Echo de menos tu respiración tranquila, mientras tus dedos se afanan por encontrar los míos en la oscuridad.
A veces me gustaría quererte un poco menos, porque sobrellevaría mejor girarme en la cama y que no me frene tu cuerpo. Siento que me caigo aunque esté la pared, porque mi insomnio está plagado de agujeros negros. La magia se ha pegado a tu costado y se aferra a ti más de lo que yo puedo.
Sabe amarte porque eres su espejo, porque vuelves oro lo que amas (y amas aún mejor que yo).

Siendo tan pequeño y delicado, superas en fuerza a los gigantes cuando se trata de salvarme de mí. Y me ahogo, de quererte hasta acabarme, hasta quedarme sin hueco para disfrutar del vacío, de la carne fría que no late, que solo espera, de los corazones secos que lloran en folios hablando de la felicidad que eres.

Te echo de menos. Me suena a poco. Vivo y muero por volver.

martes, 6 de agosto de 2013

Por todas las veces que estamos lejos

Últimamente tengo la certeza de que la gente no sabe querer. Y no sé si incluirme en la gente que no sabe o la gente que se equivoca porque quiere demasiado fuerte.
He intentado agradar la mayor parte de mi vida...y siempre el efecto es el contrario. Cuando confías, te dejas vencer. Me cuesta reconocer que ahora ya no creo en nadie. Solo hay una excepción, brillante y gigante, mi pequeño regalo.

Demasiado deprisa hablamos de amistad y con la misma brevedad, nos equivocamos y volvemos a estar solos. A veces pienso que soy demasiado egoísta exigiéndole al mundo algo más que él, pero mi lado racional vuelve a decirme que necesito más para no consumirle poco a poco. Quiero protegerle de mí, consiguiendo más gente que llene huecos.
Aligerar su carga es recaer sobre otros.

No sé vivir sin sentir que alguien entiende lo que digo.
Muchas veces pienso que si le quiero tanto es precisamente porque siempre me mira como si entendiera (y, aunque no entienda, es paz). Pero con el resto no pasa igual, más bien molesta que tenga inquietudes o sufra a diario.

Pido perdón por no estar vacía. Aún espero unas disculpas vuestras por no estar.

sábado, 3 de agosto de 2013

Everything is good

A veces, lo único que necesitamos es un impulso esp(a)cial. Que alguien nos descubra quiénes somos, estabilizar la balanza de la idealización y los desgarros y toparnos con nuestro yo más allá del espejo.
Puede que nunca lleguemos a vernos si no nos dan la mano. Y puede que entonces, el impacto sea tan grande que nos impulse al otro lado de la vida y nos soltemos sin querer. Nunca sabremos qué es lo bueno, pero los descubrimientos siempre son cambio.

Tendemos a hacernos daño. Las personas que sienten mucho, tienen lágrimas como rutina. Las alegrías son alas que caen cuando despiertas una mañana y la cama está vacía. No hay más que tú. Tú otra vez degradada y sola.

Cuando pienso en quién soy, hay dos extremos. Y una soy yo, claramente yo, feliz, pequeña, contigo. Después me doy cuenta de que estoy muy llena y muy vacía y me vuelvo yo, cansada, sin fuerzas, carcomida. Obviamente no estás, y me he ido contigo.

Lo peor de sentirse bien, es que luego te sientes mal. Lo mejor, que todo vuelve a ir bien y sonríes.

Me ha costado mucho perdonarme. Hoy me he dado cuenta de que hace tiempo que no hago nada que me haga feliz solo por mí. En mi lucha por hacerme mayor demasiado pronto, me equivoco a diario, pero tú me equilibras, siendo infantil pero eterno.

La gente frágil siempre se enamora. La fuerte no existe.
Estamos creciendo y volviendo a jugar, mirándonos y despertando, acariciando y asesinando. Estamos juntos.

Hay verdades que parecen eternas. Hoy la mía es que te quiero como no me considero capaz de querer. A veces me consume y quiero echar las paredes abajo y formar un hogar, otras quiero correr lejos ("porque si no terminaba, hubiera sido para siempre"). Lo mejor y lo peor de mi vida es que estoy enamorada.