viernes, 26 de octubre de 2012

Esta casa que no duerme, estas paredes que no callan...y sigues tú; entre los gritos y el silencio, dando vueltas por mi calma (por mi cama), sembrando tempestades y dejando huella.
Y naces en invierno, primera, verano. Sin dejarme respirar, respirándome en la nuca; transpirando poesía, devorando artistas. Y naces. Como una explosión formada por susurros, como un llanto ciego, como un abrazo nuevo.
Devoción, pasión, misterio desgarrado. Existe porque existo, porque los deseos de ausencia te hicieron fuerte.

Tus aullidos desgarrándome el cuello, en esta casa que no duerme, estas paredes que no callan...y sigues tú; creciendo sin crecer, amando sin saber, rasgando costuras, arañando miserias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario