jueves, 18 de octubre de 2012

Intimidad

Con el sueño aún pegado en las pestañas, deslizo los dedos al otro lado de la cama. En lugar de la sábana fría, rozo tu hombro desnudo; bajan los labios a saludar, aunque aún no sea de día. Sin miedo a ser descorteses, dibujan el primer beso del viernes.
Se asoma una sonrisa, comienza tímida y se carga de la inocencia propia de los niños, de esa que grita felicidad.
En el festival a media luz, nace una nueva curva y se unen bocas

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