miércoles, 6 de junio de 2012

Al final dices que me quieres. Sostienes mi cabeza entre tus manos y lo susurras.
Lástima que lágrimas caigan antes, lástima que tenga que doler arrancarte las palabras.
Y tú dices que me quieres. Que me quede contigo.
Y yo dejo al silencio y al llanto hacer el resto, me asusto y me convierto en fragilidad.
Cuando las lágrimas se mezclan con tu saliva, te deslizas fácilmente por mi alma.
Tocas cables y rompes estructuras. Y sabes raro.
Abrir los ojos y observarte entre cataratas.
Estás distinto, tan igual que siempre...

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