lunes, 11 de junio de 2012

Por encima del mundo

Y son estas cuatro paredes, que no saben entendernos.
Ni el lenguaje de los besos, ni las caricias, ni los silencios sin anestesia.
Ni las lágrimas, ni el placer bajo tus manos (ni padecer, bajo tus manos).
Mortifican, abruman y juzgan, asfixian y pretenden acallar.
Y seguimos gritando.
Al mundo, que ansía silencio.
Son nuestros quejidos tan fuertes -bostezos y gemidos incluidos- que saturan sus oídos.
Ruegan menos y piden más.
Al mundo, que ya no nos quiere. Lenguas que trazan senderos y caricias a medio tiempo.
Palabras innecesarias, comestibles, arriesgadas.
Me meto en tu boca y te derrites.
S1-S2. Sabes a primavera, a premonición.
Y el mundo sigue...rogando, implorando, matando.
Luchando por devorar al amor, que siempre acaba asesinándolo.

Universos infinitos que destrozar entre tus piernas.
Háblame del mar, marinero. Y nadaré en tu mar y crearé senderos.

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