domingo, 10 de febrero de 2013

Oh, vulnerable

Si algo tengo, es que no sé cubrir mis emociones. No me sale quedarme quieta.
Desde que era pequeña, pongo cara de burro cuando algo no me gusta, cuando me dan besos que pinchan o tengo que probarme ropa.
Me gustaría tapar un poco tanta transparencia y volverme translúcida, porque si soy opaca, ¿quién me va a querer? Soy de lectura fácil, la comprensión ya es otra historia.Y es que, cuando estoy triste, lloro con la boca. Hago pucheros sin darme cuenta, tuerzo el labio y parecen dormíseme las comisuras porque no hay manera de enderezarlas.
Siempre he creído que soy un poco muñeca. De esas que pulsas un botón y tienen una reacción clara. De esas tan básicas que sólo necesitan que las mires de vez en cuando.

Tú siempre, siempre sonríes. Y si te pones un poquito triste, puedo contar con los dedos de una mano los segundos que tardas en decidir que ya llevas demasiado tiempo sin sonrisas.
Tú nunca te inmutas. Y, si lo haces, es para reír a carcajadas o hacerlo todo más grande, más bonito. Tú nunca pareces sufrir y yo amo ese mundo que sólo existe en tus ojos. Pero claro que sufres, ¿cómo no lo vas a hacer? Cada vez que tuerzo el gesto o no quiero devolverte los mimos, cada vez que me olvido de la paz...tú dejas de sonreír un poco (porque aunque lo hagas con la boca, te veo la tristeza en verde). Lo que no sabes, es que me basta mirarte para llegar al fondo, descubrirte vulnerable y ansiar por todos los medios que vuelvas a ser luz. Que yo sonrío porque como buena muñeca, necesito hacer a mi propio niño feliz.

Oh, vulnerable


Basta rozarme con la punta de los dedos y el espejo te muestra con mi corazón en la mano.

1 comentario:

  1. Me gustaría tapar un poco tanta transparencia y volverme translúcida, porque si soy opaca, ¿quién me va a querer?
    En serio, pequetusa, cada vez escribes mejor.

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