domingo, 12 de febrero de 2012

El frío ya no duerme conmigo

Los pies colgando mientras te sientas en la cama, pareces más pequeña, desperezándote como un gato. Te frotas los ojos y me miras, aún los tienes entornados y pareces llevar marcado un interrogante en la comisura de los labios. Y sigues mirando, me preguntas muchas cosas y las respuestas se quedan en el aire, hoy no me apetece hablar.
Me siento al filo, me abrazas por detrás. Tus dedos finos apenas me rozan el cuello, siento tu cuerpo contra mi espalda, el día luminoso a través de la ventana...oigo las risas, a las que les quedan aún horas por aflorar, acaricio la calma en tus pupilas. Siento que me miras. Quizás el pelo, la clavícula, quizá los brazos cayendo como un peso muerto, las rodillas ocultas tras el pantalón de algodón viejo. Te vuelcas hacia un lado, buscándome los labios, llamándome en silencio, incitándome a quererte más.
No amanece, ni la oscuridad llega del todo, ni hay tiempo, ni espacio, ni universo, ni cataclismo. No hay vacío, estás tú.

Pero no todos sienten la magia, para el resto hoy es domingo, frío en febrero, en las calles, en el metro, no en tu pelo.

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