lunes, 19 de marzo de 2012

Déjame quitarte el frío

Frágil y desnuda te marchitas. Te veo sonreír, pero no es capa suficiente para tantas cicatrices. Logré descifrarte desde la primera mirada, te abriste tú solita en canal, brindándote. Me obligaste a salvarte.
Cada vez que lograba traspasarte la debilidad se hacía mía. Quería comérmela por ti, acabar con todo lo que te tocaba y ser tu escudo (y tu respiración y tu viernes y tus alas).
Me arrancaba la piel para cubrirte, quitarte el frío con besos se quedó corto con demasiada facilidad. Era tal el tamaño de tus desgracias, era tan grande el secreto tras la máscara feliz...
Todo por verte brillar sin tanta capa de polvo.
Yo quería hacerte nueva y radiante, quitarte el envoltorio y que las lágrimas hicieran el resto.
Yo quería conseguirte un mundo hecho a medida y así paliar también mis penas, descansar entres tus huecos, quitarme el hambre con tu eterna gratitud.
Quería ser tu mitad y tú estabas demasiado ocupada cosiéndote los desgarros.
Dije en voz alta "puedes contar conmigo" y tomaste mi mano y después me cogiste el brazo. Y dejé que me engulleras.
No sé si existe manera de ser suficiente para ti.
Te veo encogida en mi cama y descifro tus sueños. Te estremeces y mis manos te rodean los hombros desnudos. Abrazos en silencio interrumpidos por quejidos esporádicos.
El mundo parece tan injusto cuando tu respiración se entrecorta y muere la primavera...
Quiero ser tu respuesta

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