jueves, 8 de marzo de 2012

Tardes-noches

Forman parte de su historia los laberintos plagados de bestias, los desencuentros, las terceras, cuartas y quintas personas. Decir pareja parece surrealista, no se amolda a sus ideas.
Natalia sale de la ducha, impregnando la habitación de pequeñas gotitas, una especie de huellas que sirven para anunciar que se ha colado a media tarde.
Elba llega desde la cocina con las comisuras manchadas de chocolate y se la encuentra tirada en la cama, luciendo silueta; con los cascos skull que le regaló meses antes, intuyendo que escucha a "The Who". Como siempre, la música está demasiado alta.
Ha dejado la ropa ante la puerta entreabierta del baño y se seca al aire, moviendo las piernas al compás de "I can't explain".
La morena se sienta al filo, mirándola de soslayo. "¿Cuando se dará cuenta de que estoy aquí?"
De súbito, sus piernas se enredan, quedando una encima de la otra, como un ensamblaje natural, su pan de cada día.
Las últimas gotas de agua se sirven de la piel al descubierto. Sonríe a través del pelo húmedo, besa las mejillas frías antes del contacto.
Reacción cuerpo a cuerpo, mañanas, tardes, noches...
Rutinas imposible para los amantes del romanticismo.

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