viernes, 16 de noviembre de 2012

Llevo media vida odiándome por ser monotemática.
Recientemente he decidido perdonarme.
Yo no soy escritora ni aspiro a serlo. Si hablo tanto de ti, es porque sería ridículo fingir que me interesa algo más que esto que estamos viviendo ahora.
Yo no quiero ser nada más que persona y tú consigues que lo sea.

Llevamos un tiempo entre encuentros y desencuentros. Es cuando más cerca estamos (y cuando más me equivoco). Estoy triste y contenta y triste y te miro...y vuelvo a estar contenta.

Yo quiero ser mejor y hay veces que ser mejor significa sonreír contigo y barrerme las penas.

No puedo aspirar a cambiarlo todo de mí y no quiero modificar nada, de hecho.
Me defiendo ante la necesidad de fundirme contigo cada instante de mi vida, cuando lo que quiero es ceder y abrazarte bien fuerte.

A estas alturas deberías saber que yo no soy escritora. Que ni lo hago bonito ni bien, ni tengo nada interesante que contar. Que yo lo que quiero es comerte a besos y que, cuando no puedo, vomito las palabras para hacerte más hueco.

Echo de menos cuando eras tú y no tu miedo a hacerme daño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario