A veces te tengo al lado y siento que pertenecemos a universos que ni siquiera se tocan.
Yo tan rota y tú tan dispuesto a romperte, a deshacerte, a rasgarte los hilos para rematar mis desgarros.
No sabes curarme, ni tratarme, ni quererme. No sabes quién soy.
Y yo te descifré el primer día tan cristalino y alejado de mis catástrofes.
Siempre supe que iba a romperte. Que el golpe final sería mío y tus primeras heridas sin posibilidad de cicatrizar tendrían mi sello.
Sé que te he marcado, te marco y te marcaré.
Soy la primera y, sin embargo, tú no logras escuchar cómo te grito.
Te necesito.
En mi desastre personal y ante mis puertas secretas.
Para intentarlo, para cambiarme, para creer.
Es precioso, pero me ha dolido un poco.
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