Llueve ahí fuera.
Hace frío y cala huesos.
Llueve dentro.
Entre las mantas, sobre los recuerdos.
Tengo el estómago vacío y quiero llenarlo con tu pena.
Pero hoy no quieres lloverme, ni llorarme, ni quererme.
Hoy no quieres nada que hable de mí y yo ya no quiero nada que no tenga que ver contigo
La lluvia... Yo sólo soy feliz cuando llueve. Por el mismo motivo del que tú hablas (aunque resulte irónico).
ResponderEliminarM.