Estaba decidido a curarte las heridas, hasta límites insospechados, hiriéndome por el camino, como buen kamikaze. Lo tenía claro mientras me mirabas de soslayo con él delante, acariciándote el pelo.
Seguías y seguías explotando mi resistencia, tanteando hasta qué punto podías tenerme detrás, dándome algo para cantar muy de vez en cuando. Sabías cómo hacerlo y me agarrabas con fuerza. Alimentabas mis miedos hablándome de su sombra.
Y no es que yo te quisiera, pero deseaba por todos los medios que te sintieras como me sentía yo.
Besé a otras y les dediqué tus canciones. Me negué a escucharte cunado me dijiste "te necesito" y seguí formando parte de otros bailes, de otra gente, de otra vida...pensando de vez en cuando en la forma en la que me mirabas a mí mientras era él quien te cogía de la mano.
Nunca tuve la oportunidad de escoger, nunca fui tu prioridad.
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