jueves, 26 de enero de 2012

Vuelve a encontrarme

Siempre he sido de esas que sueñan con infinito.
Creo en la unión de dos personas antes de conocerse; creo que persiguen el sabor del otro, su aroma y esencia en cada persona que aparece y, cuando se rozan por fin, se produce una explosión.
Confío en que los caminos se crucen en algún momento y, a pesar de las curvas, sigan rozándose de vez en cuando, provocando sonrisas y volcanes, matando al hastío.
Pero soy distinta al resto.

No es necesario amarse toda una vida, seguida y de continuo, despertar todos los días con la misma persona, dormitar contra su pecho cada noche; no hace falta tanto, a veces obligarse a esto es lo que mata los sentimientos.
Simplemente, vamos a querernos. Hoy, mañana y pasado Dios dirá...
Vamos a vivir de esto, a respirar sueños, a almorzar besos...a alejarnos y acercarnos, a tocarnos donde duele. Descubriremos que en otra gente no hay espacio ni calidez suficiente; sintamos siempre que el otro es nuestra casa: refugio, tranquilidad y comprensión.

Vamos a querernos...sólo a querernos.
Fundámonos con el colchón y no nos despeguemos. Vamos a hacerlo sin tiempo, yo no quiero prometerte nada. Me gustaría sentir que 50 años son pocos, pero no quiero mentir a nadie y no puedo asegurar sin miedo. Por eso, vamos a hacerlo hoy, centrémonos en caricias y apartemos los planes. Déjame recorrerte el pecho con los dedos y después limitarme a apoyar la cabeza para escuchar la respuesta a mi tacto.
Déjame quererte un poco más y desearte un poco menos.
Sáciame las ganas, arráncame la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario